Karlsruhe

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Karlsruhe fue fundada hace unos 300 años por el margrave Karl-Wilhelm von Baden. Según la leyenda, una noche soñó con una ciudad construida con forma de estrella. Así nació la idea del “abanico”. 

Vor dem Karlsruher Schloss steht auf dem Schlossplatz ein großes Denkmal von Großherzog Karl Friedrich.

Palacio Barroco de Karlsruhe

Außenaufnahme des Naturkundemuseum in Karlsruhe. Vor dem Gebäude wachsen bunte Blumen.

Flores frente al Museo de Historia Natural en Karlsruhe

Schlosspark in Karlsruhe. Auf der Wiese sitzen viele Menschen auf Picknickdecken und genießen die Sonne.

Jardines del Palacio de Karlsruhe

Außenaufnahme des Frieder Burda Museums bei Nacht. Das Gebäude wird mit pinken und blauen Strahlern beleuchtet. Im Hintergrund sind weitere Gebäude zu sehen, die ebenfalls beleuchtet werden.

El ZKM, Centro de Arte y Tecnología de los Medios en Karlsruhe.

La punta del abanico, el Palacio Barroco de Karlsruhe, se convirtió en el centro de la ciudad. Hoy en día, a través de las 32 calles que parten desde el palacio de forma radial, se llega a todos los lugares de interés de Karlsruhe. El Palacio de Karlsruhe, antigua residencia de los principes badenses, ya fascinó a Voltaire, Goethe y Napoleon. 

Al agradable clima del sur de Alemania, se unen el estilo de vida, las delicias culinarias y el incomparable ambiente de sus más de 800 hectáreas de parques y zonas verdes

Desde hace más de 50 años, Karlsruhe representa simbólicamente la “residencia del Derecho” en la moderna y democrática Alemania. Aquí se encuentran las más altas instituciones jurídicas alemanas: el Tribunal Constitucional de la República Federal, el Tribunal Supremo Federal y la Abogacía General Federal.